Jesús y yo estábamos sentados en el piso franco, en el barrio de Hortaleza. La calle era muy tranquila y ninguno de los vecinos se conocía, ni tenía ganas de hacer amigos. Para nosotros perfecto. El piso era pequeño. Habíamos colocado dos camas en una habitación, con unos pequeños armaritos. Ninguno vivía allí y no teníamos demasiados enseres. El salón tenía vistas al edificio de enfrente y por ello estaba amueblado como un salón. La otra habitación era una especie de doble oficina; mesas de trabajo, archivadores y un par de ordenadores. Uno con conexión y el otro totalmente desconectado. Lo mejor del piso era, con diferencia, dos sillones de IKEA, en los que uno podía mecerse.
Allí estaba yo sentado cuando Jesús me lanzó un sobre. Era la lista de contactos que yo había dado y los que habían sido aprobados estaban en aquella lista, para proceder a contactar con ellos. Saqué las hojas del sobre comercial y ojeé la lista.
La gente que allí estaba significaba algo para mí. No solamente era gente con características interesantes que podía formar parte del proyecto, era gente que personalmente conocía y había escogido cuidadosamente. Era también gente en la que iba aponer mi vida en sus manos, de forma literal. Empezaríamos por aquellos en quienes yo más confiaba, para constituir un equipo unido. El círculo se iría ampliando con otros "`
posibles".
La lista era relativamente larga. Me sobresaltó encontrar un par de nombres. Cuando uno mira hacia el pasado, siempre hay relaciones interesantes y gente importante. Por otra parte, algunas de las relaciones... bueno, digamos que yo no era ningún casanova. En cualquier caso no estaba muy seguro cómo confrontar alguno de los nombres en aquella lista.
Jesús lo notó y sonrió mientras me pasaba una taza de té.
-¿Te arrepientes? Enfrentarte a los fantasmas del pasado no será tan difícil como parece- Le miré sin comprender.
-Ellos también han vivido en estos años. Han cambiado, han fracasado en sus proyectos, olvidado sus sueños y se han creado una barrera de rutina- Asentí con la cabeza. No había mucho más que pudiera decir.
- Y ellas - dijo, señalando vagamente los papeles y el sobre en mis rodillas mientras se sentaba, -Es más sobre tí que sobre ellas esto que haces. Eres un imbécil por pensar que haces lo correcto y aún más por pensar que debes hacer lo correcto... - Dejó su taza sobre el reposabrazos -Y lo que es el colmo es que creas que las estás salvando. Todos los de la lista han sido aprobados por sus habilidades y por su capacidad de integración. No para que te puedas poner una puta armadura y jugar al principito valiente- Ahora sí que no sabía qué decir.
Jesús sonrió
-No te preocupes, empezaremos por los fáciles-
Asentí con la cabeza y empezamos a trabajar en la lista. Antes de que Jesús pudiera poner Madness en el cd, puse algo que acababa de descubrir. Ethel the Frog. Pude ver cómo Jesús ponía los ojos en blanco y aceptaba la derrota. Preparamos planes para abordar a la primera selección, ordenamos a los demás por orden de aproximación y preparamos listas de información que necesitábamos saber sobre los objetivos.
Al cabo de un rato Jesús se levantó a rellenar la taza y me dio unas palmaditas en la espalda al pasar.
-Esto mismo que estamos haciendo ahora, lo hice en su momento contigo... No eres mucho peor que otras personas... Ni que yo mismo- Sonrió -Al fin y al cabo aquí estamos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario