jueves, 7 de junio de 2018

Capítulo 5 IX

 Madrid, Espana, 22 Junio 2009



El período de cambio de trabajo llegaba a su final, mis días de vacaciones se terminaban y oficialmente tenía que empezar a trabajar otra vez . Las noticias de Colonia eran que no todo estaba listo, pero avanzaba a buen paso. Al día siguiente sería mi primer día de trabajo y estaba relativamente nervioso.


Aquella tarde, preparando el siguiente reclutamiento con Jesús, me dí cuenta de que me estaba acostumbrando a todo aquello. Sobre el mapa de Londres y fotos en el ordenador que estábamos usando, mi confianza empezaba a crecer.


Al día siguiente, en mi nuevo trabajo, el día consistió en presentarme a gente y encontrar el bano. La parte más excitante fue una llamada telefónica a Silke, mi contacto en Colonia.

En el ordenador había una pila de documentación de Green Island en relación a contratos y procesos. También había un esquema molón del edificio en Colonia.

El complejo consistía en dos edificios contiguos y en una explanada relativamente grande. El primero de los edificios era colindante con la calle, aunque había un par de metros hasta la acera. Éste tenía una altura de 3 pisos y alojaba la entrada principal. Desde el vestíbulo se podía acceder a las escaleras y ascensor que llevaban arriba y al sótano. En el sótano un pasillo comunicaba con el otro edificio. Desde el vestíbulo del primer edificio se podía acceder al segundo edificio, pero solo a un área determinada. Aunque el diagrama no estaba marcado, yo sabía que ese área en la planta baja contenía la recepción de SD y una serie de salas de reuniones. No había comunicación directa entre esta parte del segundo edificio y el segundo edifico en sí monismo.

El segundo edificio era una construcción de planta rectangular y cuatro alturas. Estaba directamente unido al primer edificio a través de la parte más larga del rectángulo y sólo tenía ventanas hacia la parte trasera.

La idea general era que las diferentes plantas serían accesibles en función del nivel de acceso. El último piso estaría reservado para Green Island, mientras que el primer edificio estaría reservado para InGnio InGnieros.

El complejo estaba situado cerca del Frühlingsee, al norte de la ciudad, al norte del enorme complejo industrial de la planta de Ford. AL norte de ésta, muchas otras empresas crecían al calor de Ford.

Después de la revisión del estado de las obras, Silke y yo discutimos el tema de alojamiento. La situación de vivienda en Colonia era complicada, me dijo, así que de primeras me propuso estar un tiempo en un hotel. Ella por supuesto no sabía que Jesús y yo habíamos hablado del tema y él había encontrado un piso fraco en un viejo edificio, cerca de la estación de tren de Mühlheim. Realmente demasiado cerca, pero el apartamento daba a la parte trasera, un pequeno patio para bicicletas, basura y algo de hierba mohosa. Dos habitaciones, dos camas, un salón cocina y un bano. En cualquier caso el hotel que me propuso Silke era un pequeño hotel cerca de la estación central.

En principio no tenía ningún problema con el hotel. bien comunicado y con desayuno; la empresa pagaba la mitad. Mi fecha de llegada estaba fijada para el 10 de Julio.

Mi principal tarea era encontrar una "`secretaria"' para SD, realmente más bien alguien que me ayudase con la logística, pero también que pudiera atender a la puerta.

En realidad yo tenía un candidato, Su. Susana trabajaba para Bosch en Madrid y nos conocíamos desde la universidad a través de un amigo común. Su había estudiado Administración de empresas o algo similar y trabajaba en el departamento de compras de BOSCH, pero tenía un contrato de dos anos que estaba llegando a su fin. Entre muchas de sus cualidades, Su era una persona muy sólida en mi opinión y, aunque tenía un lado un poco hippy,  realista. Además Su era Alemana de nacimiento. un poco la típica Alemana, de proporciones generosas, pero para nada con sobrepeso, sino fuerte, pálida y pelo rubio y fino con enormes ojos azul pálido

Jesús y yo habíamos hablado del asunto más de una vez, pero Jesús tenía sus dudas. Decía que no estaba seguro de si sería emocionalmente suficientemente fuerte. Jesús siempre decía eso de todo el mundo, pero llevaba estudiándola varias semanas. Había más candidatos para el puesto, pero en mi opinión ella era la mejor, al menos de las que yo conocía.

Su y yo habíamos tenido una breve historia hacía unos anos, pero en la actualidad manteníamos algo  así como una discreta amistad. Tomábamos algo juntos una o dos veces al ano y nos poníamos al día de nuestras vidas.

Jesús nunca me diría qué decisión había tomado el comité, pero quería experiencia de primera mano y eventualmente reclutarla él mismo.

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