Aure, Noruega, Abril 2009
Harald tenía 36 años. Sus recuerdos más antiguos se remontaban a algo más de 30 años atrás y eran en el mismo lugar donde se encontraba ahora. En el astillero que había comenzado el abuelo de su abuelo 115 años atrás. Aunque el negocio inicial era el local, durante la guerra los alemanes habían construido un dique seco para submarinos que habían aprovechado. Ahora reparaciones ocasionales en buques de mayor calado que transitaban el Trondheimsleia suponían una jugosa oportunidad. Desafortunadamente la construcción declinaba. El astillero era pequeño y la situación económica mundial no auguraba ningún crecimiento. Harald y su hermano Erik estaban intentando entrar en el negocio del petróleo, con limitado éxito, apoyando ciertas operaciones navales. Desde reparación a encargos medianos. Mientras Harald se apresuraba hacia la puerta, vió la camioneta de Erik aparcar junto a la suya, entre la nieve. Una vez dentro de la pequeña oficina Erik comenzó a preparar la mesa de reuniones mientras Harald se ponía el traje en el vestuario, contiguo a la sala. Esa mañana tenían una reunión importante con un nuevo cliente. Habían recibido el contacto a través de una oficina de abogados en Oslo y habían concretado la reunión. Erik comentaba que posiblemente fuesen traficantes de droga que querían un submarino. El tiempo no parecía muy prometedor y en ninguno de los hoteles del pueblo se había alojado nadie, así que ambos esperaban un considerable retraso, o incluso una llamada posponiendo la reunión, pues el tipo de Oslo no había aceptado las recomendaciones de Harald sobre un alojamiento local.
A las 10:30 de la mañana se acercó Lana desde recepción. Los visitantes habían llegado. Erik salió a recibirlos mientras pedía a Lana que fuese al taller a buscar a Harald. Había 3 hombres de pie en el recibidor, todavía quitándose los chaquetones. Erik esperó mientras los North Face se iban al perchero y las botas debajo. En el banco había 3 maletines de aluminio. Cuando los hombres comenzaron a darse la vuelta, Erik se adelantó y se presentó:
--Erik Steintre, director comercial-- Ninguno de los hombres parecía Noruego, aunque parecían europeos, por lo que habló en inglés. --Mi hermano Harald es el responsable técnico y está de camino. Me alegra que hayáis llegado sin novedad--
--Alfred Vonsteinfeld, director del departamento de productos offshore, Green Island-- Era la primera vez para Erik que escuchaban el nombre de su (potencial) cliente y la primera vez para él que escuchaba el nombre.
--James Wooldrow, jefe de ingeniería de Green Island Offshore-- Un apretón firme, Erik se fijó que en el cuello de la camisa había un logo, una G verde con contorno azul y debajo, en letras rojas ``Engineering''.
--Jim Petersen, project manager-- Mr Petersen lucía la misma camisa. Ruidos desde la zona de vestuario le indicaron que Harald estaba llegando. Mientras hacía las presentaciones, Erik repartía sus propias tarjetas
--Por favor seguid a Harald. Yo estaré con vosotros en dos minutos, voy a organizar algo para comer -- Erik ignoró la mirada interrogativa de Harald y se dirigió a pequeña sala común donde tenían las oficinas, esquivando a Lana, que no perdía detalle. Una de las tareas de Lana era precisamente organizar algo para comer cuando había una reunión.
Erik usó sus dos minutos para recavar toda la información que pudo sobre Green Island y los nombres que tenía. Esos dos minutos parecían ser suficientes para leer la información disponible en la web. EL grupo ofrecía servicios de consultoría enfocada en operaciones comerciales en alta mar. Era un ámbito general y la web aportaba poco más. Había menciones a potentes empresas del sector como clientes, sin concretar. Cuando regresó a la sala todo el mundo se estaba poniendo cómodo alrededor de la mesa, con café y pastas que Lana estaba distribuyendo eficientemente.
--Hemos traído una pequeña presentación -- Comenzó Vosteinfeld --sobre nuestra empresa y luego sobre el proyecto que nos trae aquí más concretamente.--
La presentación apenas amplió la información de internet, pero cuando entraron en materia la cosa se puso más interesante.
Green Island Engineering division había conseguido un contrato llave en mano con una compañía de turismo especializada. Esta empresa (Cuyo nombre Vosteinfeld no reveló) estaba especializada en viajes temáticos a la naturaleza. Ahora habían desarrollado un plan de negocio que consistía en viajes y cruceros tanto por mares australes como zonas de Canadá y Groenlandia. Esta empresa había comenzado con un buque oceanográfico soviético, pero la demanda había crecido, tanto que estaban hablando de cuatro unidades. El cometido de Green Island era el desarrollo de especificaciones para nuevos buques y supervisar su construcción.
--La razón de venir aquí es tanto comercial como técnica -- dijo Wooldrow, limpiándose mora de los pantanos de la barbilla --Por un lado, nuestro proyecto representa poco para un astillero grande, como Daewoo y nuestras especificaciones no son nada estándar, por lo que no les interesa demasiado. Ustedes tienen menos clientela, pero la tradición y conocimientos. Por otra parte, para nuestros clientes es importante también la imagen. No es lo mismo un barco anónimo construido en algún lugar de Corea que el orgullo de un astillero Vikingo. Además ustedes tienen un dique seco.--
No hay comentarios:
Publicar un comentario