jueves, 7 de septiembre de 2017

Capítulo 3 V

El hombre tomó la iniciativa y se movió, alejándose de mí, caminando hacia atrás, como invitándome a entrar.
-Me esperabas- No era una pregunta. Tenía un poco de acento. -Me puedes llamar Jesús-
Tragué saliva y cerré la puerta tras de mí.-Supongo que sabes quién soy- Jesús asintió -¿Algo de cenar?- Ahora Jesús asintió otra vez y sonrió.
-supongo que las noticias vendrán mejor si no tengo hambre- dije.

En cualquier caso, ahora presté más atención a mi interlocutor, es decir, me fijé en los detalles. Mi interlocutor ya tenía toda mi atención antes, pero estaba centrada en el hecho de encontrarme a un desconocido en el recibidor de mi apartamento. "`Jesús"' era un poco más alto que yo, bastante pálido, pero no cerúleo ni rosa, con un rostro generalmente cuadrado, nariz prominente flanqueada por ojos profundos, permanentemente entrecerrados y protegidos por cejas prominentes y tupidas, rubias color trigo. Labios finos y boca pequeña en una cara bien afeitada y pómulos poco marcados, todo coronado por cabello muy corto de color trigo, como las cejas y orejas poco sobresalientes. Aunque no parecía excesivamente musculoso, el cuello sobre el suéter holgado daba a entender que sí lo era. unos vaqueros claros y unas timberland completaban la imagen.

Dejé las llaves sobre la madera del recibidor. Había un platito para las llaves, que estaba lleno de monedas oxidadas de céntimos, gomas semidesintegradas y varias otras cosas totalmente inútiles que habíamos acumulado con el tiempo. Para evitar que las llaves se quedasen enganchadas con toda aquella chatarra, las dejábamos sobre la madera, menos cuando venía la casera.


Me quité la chaqueta y dejé todos mis aperos en el salón, porque Diego no estaba y esta semana era MI salón, la parte de cenar en calzoncillos se había arruinado completamente, pero teníamos que ahorrar en calefacción. Hice unos gestos invitando a Jesús a ponerse cómodo y le pregunté si le apetecía cenar conmigo.
 
--¿Por qué no?--  No parecía muy hablador el muchacho.

Después de la oferta pensé que quizás me había emocionado un poco, porque el estado de mis provisiones no era el mejor. Atracar a Diego siempre era una opción, pero aparte de unas galletas y yogur, no esperaba encontrar demasiado. como ante una situación nueva e inesperada, no hay nada mejor que ocupar la mente con un problema nimio sin ninguna relación, me sumergí en los detalles de crear una ensalada aceptable con unas pechugas. Jesús parecía comprender y esperó pacientemente a que me organizase.

Mientras cortaba tomates Jesús empezó a hablarme despacito y sin estrés. Tenía acento inglés, seguro, pero el español que hablaba era principalmente sudamericano, mejicano quizás, posiblemente no. Sonaba como Colombia quizás. Me resultaba divertido el uso de "`Plata"' por dinero en un anglosajón, aunque no puedo decir exactamente por qué. Jesús iba a ser, según sus palabras, mi educador, entrenador y apoyo para comenzar a lanzar mi parte del proyecto. No habló de fechas límite y yo tampoco pregunté.

Jesús se apoyo en la jamba de la puerta de la cocina mientras yo trajinaba con las pechugas. Empezó a esbozar el plan.

En primer lugar tendríamos que entrenar lo que el llamó operatividad. No estábamos haciendo nada ilegal, pero no íbamos a publicitarlo tampoco, así que el objetivo era no llamar la atención y evitar ser interesante. En caso de que alguien se interesase, mantenerlo en la oscuridad.

Después tendríamos que practicar un poco de vigilancia y contravigilancia, entre otras cosas porque teníamos que empezar a reclutar gente. Obviamente no íbamos a poner un anuncio en forocoches. La primera línea serían mis contactos o, para precisar, escoger entre mis amigos más cercanos y ampliar a mis contactos. No se trataba solamente de escoger amigos, sino de gente que pudiese aportar algo al proyecto.

Una vez que la parte de reclutar estuviese cociendo a fuego lento, tendríamos que trabajar en otras partes del proyecto, es decir, prepararse para el apocalipsis.

Escuchando las palabras de Jesús me imaginaba el futuro cercano como una mezcla de películas antiguas, desde mad max, el hombre del zapato rojo, funeral en Berlín y charada con toques de "`un trabajo en italia"' Aunque definitivamente en ningún caso yo era Michael Caine ni Jesús era Audrey Hepburn.

Cuando terminé con las pechugas, Jesús me echó una mano a llevar la fuente de la ensalada y las pechugas al salón. Nuestra cocina era demasiado pequena para comer, aunque cuando estaba solo y no cocinaba a veces comía allí. Una vez sentados Jesús continuó exponiendo su plan.

A grandes rasgos debía aprender  nuevas habilidades y debía ser más consciente del ambiente que me rodeaba e interpretarlo correctamente. Potenciales peligros, potenciales soluciones, entender qué está ocurriendo, informarse. Cosas relativamente sencillas. Uno llega a una nueva ciudad y el tren está lleno. Es hora punta? Hay partido de fútbol? Por una parte uno puede hacer algo de investigación y por otra puede escuchar y fijarse en lo que hacen los pasajeros. caracterizarlos.

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