viernes, 19 de enero de 2018

Capítulo 4 XIII

En cuanto pude arrinconarlo en la cocina le dije:

-- Como sabes, estoy un poco hasta los huevos de mi trabajo y he estado mirando algo diferente.--

Parpadeo, parpadeo, con una tostada en la mano... así que seguí.

-- el asunto es que finalmente he encontrado algo --

--Vaya ganas las tuyas de lanzarse a la aventura--

Tuve que contener las lágrimas de risa que pugnaban por salir e intentaré transformarlo en una sonrisa amable... si tú supieras.

-- Bueno, cuando no estás contento en el curro, pero tienes que ir todos los días a ganarte el pan, en las condiciones laborales etas... el riesgo no es mucho mayor que seguir donde estoy. --

-- Y si no te gusta ? --
-- Si no me gusta siempre puedo cambiar otra vez-- Esta vez el parpadeo fue seguido de una expresión de incredulidad.
--El caso es que me han ofrecido un puesto interesante, pero no es en Madrid.--
--Y dónde es? --
--En Colonia, en Alemania--
Aparentemente era el turno de Diego de reírse a mandíbula batiente y no trató de disimular los lagrimones.


--Pues vaya mierda--
--No no, el asunto es que sí que me interesa -- Otra vez ojos como platos --
--Pero qué dices, en Alemania --
--Bueno, no es inmediatamente allí, pasaré unas semanas aún en Madrid.--
-- Pero entonces tienes que dejar el piso-- Me interrumpió, empezaba a notar el pánico en su voz
-- ...er... , Si claro, tenía la intención de ayudarte a buscar un compañero --

La enormidad se traducía en su cara de terror.
-- Pero no te preocupes, no va a ser difícil encontrar a alguien.--
--Cuándo te vas?--
-- El cambio de trabajo será efectivo el día 22 de Junio y después de unos 15 días me iré a Colonia --
-- Tengo que encontrar un compañero de piso-- Su voz parecía venir del más allá.
-- No te preocupes, no será difícil. --

La historia de cómo Diego y yo terminamos viviendo juntos es mejor dejarla para otro día, pero básicamente había una chica que yo conocía y que me estaba trabajando que conocía  Diego de la universidad y sabía que se mudaba a Madrid y necesitaba un compañero de piso.

El caso es que lo mío con aquella chica no fue a ninguna parte y yo me fuí a vivir con Diego porque estaba harto de mis compañeros de piso. Aquello si que había sido una aventura, pues como podeís imaginar, Diego no había pasado muchas noches fuera de casa de sus padres, pero tenía sus ventajas y Diego no era mal tipo.

En cualquier caso, estaba claro que no tenía ni idea de por donde empezar a buscar. Aquella noche le introduje a páginas como el idealista y escribimos juntos un anuncio.

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